Cuando la ciencia ficción y el cine de terror se encuentran

Marina Such

Periodista especializada en series, aunque en otra vida también escribió sobre baloncesto y astronomía.

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El espacio está lleno de incógnitas y de peligros que dan para películas de aventuras trepidantes y para historias de terror como Life (Vida), que juega con la idea de qué pasaría si la humanidad descubriera que en Marte existieron formas de vida, y que esos organismos pueden reanimarse.

La respuesta a esa pregunta es, por supuesto, que se desataría una amenaza biológica ante la que los humanos poco pueden hacer. También es un buen ejemplo de la versatilidad de un género, la ciencia ficción, que puede acoger tanto historias futuristas y distopías como comedias o thrillers.

La unión, sin embargo, con el cine de terror es una de las más fructíferas. Ha dado a luz a clásicos como Alien, el octavo pasajero y a monstruos tan icónicos como el Depredador alienígena capaz de hacerse invisible para acechar y cazar a sus víctimas. La saga centrada alrededor de esta criatura, y lanzada en 1987 por el director John McTiernan y Arnold Schwarzenegger, ha visto tantas encarnaciones diferentes como tendencias han ido apareciendo en el terror: se ha enfrentado directamente al xenomorfo de Alien varias veces, ha viajado en el tiempo y ha cazador también a los soldados enviados a rescatar su nave estrellada en la selva, como ocurre en el relanzamiento de Predator en 2018.

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Su saga, y cualquiera en la que una forma de vida extraterrestre ponga en peligro a los humanos que entran en contacto con ella, sigue a menudo las convenciones del slasher, ese subgénero del terror en el que un asesino persigue y mata, uno a uno, a todos los protagonistas de la historia menos a uno, que generalmente suele ser una de las protagonistas femeninas (la llamada final girl).

El asesino puede ser un microorganismo marciano extraído del subsuelo del planeta por una sonda que, después, es recogida y analizada por la tripulación de la Estación Espacial Internacional. Ese es el punto de arranque de Life (Vida), en el que Jake Gyllenhaal, Ryan Reynolds, Rebecca Ferguson y Hiroyuke Sanada (Shôgun) se ven encerrados en el complejo orbital con ese organismo que escapa de su confinamiento, crece y gana en fuerza con el único objetivo de acabar con todos ellos. Y, si alguna vez llega a la Tierra, su objetivo será el mismo.

Es un punto de partida muy clásico desde La cosa y, en realidad, desde la ciencia ficción de los años 50, cuando el temor a una invasión alienígena (que servía de metáfora de los otros miedos de la sociedad de la época, inmersa en el inicio de la Guerra Fría) propulsó buena parte del cine de ciencia ficción. Tiene una variante que sigue a los exploradores de un planeta lejano que se encuentran, al poner un pie en la superficie, que está habitado por criaturas letales contra las que es casi imposible luchar, a no ser que seas Vin Diesel en Las crónicas de Riddick. Eso sí, la secuela de Pitch Black cambiaba el terror por la acción y la expansión del mundo de la película, que es un elemento fundamental a la hora de contar una historia en este género: la construcción del mundo ha de ser atractiva y convencer al espectador de que todo lo que ve en pantalla es plausible dentro de ese universo.

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Es un aspecto muy importante en películas como Chaos Walking, con Tom Holland y Daisy Ridley viviendo en un planeta en el que sus habitantes pueden escuchar los pensamientos de los demás, o Mortal Engines, donde la Tierra postapocalíptica está dominada por ciudades ambulantes que devoran a los pueblos más pequeños que se cruzan en su camino. Si el mundo está construido con cimientos estables, las películas pueden dar pie a sagas que continúen su historia en muchas direcciones diferentes, y pueden mezclar géneros, inspiraciones y personajes sin que exista una disonancia. Pero es cierto que, cuando el terror se encuentra con la ciencia ficción, muchas veces saltan chispas. Y si, además, hay toques de humor, como en la saga de Venom, acaba siendo difícil resistirse a él.

El ciclo veraniego de ciencia ficción en AXN Movies se emite los miércoles a las 22:00 h.

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