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Publicado el 2 de octubre de 2025

‘Cinco en familia’ es la serie para revivir los dramas juveniles de los 90

Los 90 fueron una década muy prolífica para los dramas juveniles y familiares en televisión, y Cinco en familia en un buen ejemplo de ello. En antena entre 1994 y 2000, tocó todos los temas que preocupaban a la sociedad de Estados Unidos en aquellos años.

Y, de paso, fue un trampolín para sus jóvenes intérpretes. A Matthew Fox se le vería después en Perdidos, Neve Campbell protagonizaría Scream, Scott Wolf estaría después en Everwood y la película Tormenta blanca, Lacey Chabert sería una de las Plásticas de Chicas malas y Jennifer Love Hewitt saltaría de Sé lo que hicisteis el último verano a Entre fantasmas. Asomarse ahora, más de treinta años después de su estreno, a uno de sus episodios es teletransportarse de vuelta a una televisión donde reinaban las sitcom familiares y los dramas juveniles que trataban a sus adolescentes como personas complejas.

De qué va ‘Cinco en familia’

La serie arranca con los cinco hermanos Salinger descubriendo que sus padres han fallecido en un accidente de tráfico, culpa de un conductor borracho. El mayor, Charlie (Matthew Fox), que tiene 24 años, se convierte en el cabeza de familia y ha de encargarse de sus cuatro hermanos, menores de edad, y del restaurante familiar, algo que le viene bastante grande porque, hasta entonces, ha estado dedicándose a ligar y vivir aún como un adolescente sin responsabilidades.

Tras él están Bailey (Scott Wolf), de 16 años, que pasa de ser el rebelde a asumir parte de la carga de cuidar de sus hermanos más pequeños; la quinceañera Julia (Neve Campbell), una chica sensible; Claudia (Lacey Chabert), que tiene 11 años y es un prodigio musical, y Owen, que solo es un bebé de un año. A este grupo se añadirán, más tarde, Jennifer Love Hewitt como Sarah, la novia de Bailey, Jeremy London como el novio de Julia, Griffin, y Paula Devicq como Kirsten, niñera de Owen y con una relación intermitente con Charlie.

A lo que aspiraba ‘Cinco en familia’ era a dirigirse a un público que ya había dejado atrás la adolescencia, pero todavía era joven, y contarle historias que les tocaran de cerca sin caer en los resortes más melodramáticos. La apuesta de Fox, su cadena original, era por una ficción que pudiera sustituir a Sensación de vivir, que estaba cerca de acabar, y retomara el tipo de historias más realistas de sus primeras temporadas. Era algo que ya se había visto, anteriormente, en dramas adolescentes como ‘Es mi vida’ y que, a mediados de los 80, tocó todo un clásico de los dramas adultos como era Treintaytantos, gran influencia para los dos guionistas contratados para desarrollar la serie, Christopher Keyser y Amy Lippman.

Una serie para la nostalgia de los 90

En esta ola nostálgica por la década de los 90 y principios de los 2000 que estamos viviendo actualmente, una serie como Cinco en familia nos recuerda cómo eran aquellas series que, unos pocos años más tarde, triunfarían en The WB, una cadena dirigida al público más joven. Dawson crece, Felicity o Las chicas Gilmore representaban una evolución hacia historias menos telenoveleras y se atrevían a adentrarse en asuntos espinosos para la sociedad del momento, como el beso entre Jack y Doug en Dawson crece en una época en la que, en Estados Unidos, imperaba la política del “no preguntes, no lo cuentes” para los homosexuales en la vida pública.

Cinco en familia abordaría asuntos como el peso de la orfandad en los hermanos, sobre todo al perder a sus padres por alguien que iba borracho al volante (y a quien tendrían ocasión de confrontar en un episodio), el alcoholismo en el personaje de Bailey, las relaciones controladoras y hasta violentas que acaba viviendo Julia, el embarazo adolescente, el cáncer que le diagnostican a Charlie en las últimas temporadas, el consumo de drogas y la enfermedad mental. Además, por supuesto, de mostrar cómo los Salinger tienen que madurar a marchas forzadas porque ya no están sus padres para echarles una mano y cuidarlos.

La serie consiguió ganar el Globo de Oro al mejor drama en 1996, por delante de competidoras como Urgencias o Policías de Nueva York, que solían dominar los Emmy, y aunque no es de las que más se recuerdan cuando se habla de aquellas series juveniles de la década, tal vez sea la que mejor representa cómo era la ficción estadounidense orientada al público más joven de entonces, en plena presidencia de Bill Clinton y antes de que el 11-S cambiara, a la fuerza, el tipo de series por las que apostaban las cadenas.

Quién es quién en la familia Salinger

  • Charlie: El hermano mayor. Tiene 24 años, es inmaduro y mujeriego y se encuentra con que, a la muerte de sus padres, es responsable de sus hermanos y de mantener en marcha el negocio familiar, que es un restaurante.
  • Bailey: Con 16 años, ha sido el rebelde de los Salinger hasta que la tragedia le obliga a madurar y cambiar su manera de enfrentarse al mundo. Sus problemas con el alcohol le perseguirán durante buena parte de la serie.
  • Julia: Tiene 15 años y mantiene una relación muy estrecha con Bailey por su cercanía en edad. Es la más sensible de todos, pero tendrá que enfrentarse a muchos de los asuntos con los que tienen que lidiar los adolescentes, sobre todo, por la presión de grupo, incluyendo el sexo y las drogas.
  • Claudia: Con 11 años, está peleándose todo el rato con Julia por la ropa y el uso del teléfono y ve a Charlie casi más como una figura paterna que como su hermano mayor.
  • Owen: Solo es un bebé cuando mueren sus padres y nunca tendrá demasiada importancia en el resto de la serie.

En 2020, el canal Freeform intentó revivir el concepto de Cinco en familia centrándolo esta vez en los cinco hermanos de la familia Acosta, que se quedan solos en Estados Unidos cuando sus padres son deportados de vuelta a México. La serie se adaptaba, así, a la política migratoria impuesta por la primera Administración Trump, pero no pasó de la primera temporada.

Galería

‘Cinco en familia’ se emite todos los sábados y domingos por la mañana, desde el 4 de octubre, en AXN.