AXN NOW SERIE

Publicado el 18 de agosto de 2025

Todo sobre ‘Diez libras y un sueño’, la nueva serie de época de AXN Now

Marina Such

Periodista especializada en series, aunque en otra vida también escribió sobre baloncesto y astronomía.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Australia puso en marcha un programa para atraer a británicos que buscaban escapar de la destrucción y la pobreza de la posguerra. Ellos son los protagonistas de Diez libras y un sueño, la nueva serie de AXN Now.

Es una coproducción entre BBC y la cadena australiana Stan creada por Danny Brocklehurst, periodista y dramaturgo que tiene en su haber, por ejemplo, el thriller Engaños, que adapta un libro de Harlan Coben, y The driver, sobre un taxista que empieza a trabajar para un jefe mafioso. La historia que cuenta es poco conocida, una historia de inmigrantes que se sale de las más tratadas en la televisión británica, como son las de los jamaicanos y otros ciudadanos caribeños que emigraron al Reino Unido en los 50 y los 60, y se fija en los británicos que se fueron a las Antípodas en busca de una vida mejor.

De qué va ‘Diez libras y un sueño’

La serie sigue al matrimonio de Annie y Terry Roberts, que viven en Manchester a mediados de la década de 1950. Les cuesta llegar a fin de mes y, además, Terry pasa más tiempo en el pub que en casa, así que Annie decide responder a un anuncio sobre las facilidades que ofrece Australia para los ciudadanos británicos que opten por emigrar allí. Los Roberts sueñan con el sol del lugar y la posibilidad de una vida mejor, pero sus circunstancias allí no serán tan fáciles. Especialmente, tendrán que asumir su nueva condición de inmigrantes, que presentará nuevos problemas a los que no estaban acostumbrados.

Las peripecias de los Roberts se cuentan a lo largo de los seis episodios de la primera temporada, junto con la búsqueda de otra inmigrante como ellos, Kate Thorne (Michelle Keegan), que va a Australia tras los pasos de su hijo Michael. Todos ellos se enfrentan a tener que empezar sus vidas desde cero, en un lugar que les es ajeno, sin ninguna red familiar y sufriendo los recelos de parte de la población local.

La historia real detrás de la serie

Diez libras y un sueño se titula, originalmente, Ten Pound Poms, que era el nombre que se les dio a los inmigrantes británicos que llegaron a Australia entre el final de la Segunda Guerra Mundial y 1972. El objetivo era aumentar la población del país y servir como mano de obra en la pujante industria nacional. El Ministro de Inmigración de la época, Arthur Calwell, presentó el plan bajo el lema “poblar o morir”, y el gobierno subvencionaba los gastos de transporte, que costaban solo diez libras esterlinas de la época, y proporcionaba a los que acogieran a él alojamiento y trabajo.

Del precio del transporte y del apodo que se daba a los británicos en Australia (pom, de pomegranate, o granada, por el color de su piel cuando les daba el sol), se conoció a todo ese contingente migratorio como los “ten pound poms”, que se marchaban de un Reino Unido que sufría una difícil posguerra. Sin embargo, muchos de ellos se encontraban, al desembarcar en Sydney, que el alojamiento prometido era en pequeñas pensiones o que las oportunidades laborales tardaban en aparecer. Al final, en los casi treinta años que duró el programa, más de un millón de británicos emigraron a Australia.

Por qué ver ‘Diez libras y un sueño’

El principal interés de la serie reside en mostrar otra cara de las historias de emigración más habituales. Que los inmigrantes sean británicos y se encuentren con similares dificultades que quienes se marchan al Reino Unido es un punto de vista diferente. En ese sentido, podría ser la otra cara de la moneda de otra serie emitida por AXN, Mr. Loverman, que se centraba en inmigrantes caribeños en Inglaterra.

Sigue, además, una tendencia bastante popular en la ficción británica reciente de ambientar historias de todo tipo en las décadas de los 50 y los 60 y ofrecer una nueva mirada a aspectos de aquellos años que no son tan conocidos y de los que no es habitual que se hable tanto en televisión.

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